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domingo, 20 de septiembre de 2020

LA ENFERMEDAD PSÍQUICA.CLÍNICA Y TERAPÉUTICA HOMEOPÁTICA

LA ENFERMEDAD PSÍQUICA. CLÍNICA Y TERAPÉUTICA HOMEOPÁTICA Ricardo Ancarola. Mª José Martínez Caballero. Miraguano Ediciones. Madrid. 1992.
La Homeopatía se confirma como una terapia complementaria eficaz y un enfoque médico interesante por totalizador y sintético. Desde sus orígenes fue la medicina psicosomática por excelencia porque a la condición del individuo, el tratamiento homeopático le ofrece una cobertura dual pero desde la unidad. Este libro se propone definir los alcances y las posibilidades de la Homeopatía en el enfermo psíquico propiamente dicho, aquel que siempre ha sido objeto de la psiquiatría. Describe los aspectos psíquicos de los medicamentos homeopáticos más importantes discriminando la validez de cada síntoma. Expone claramente un método de objetivación del síntoma psíquico que es lo que en la práctica siempre se ha mostrado más problemático para el médico. Aporta también algunos conocimientos básicos de Psicopatología de interés para el médico homeópata, en su capítulo 2 escrito por la Dra María José Martínez Caballero. Finalmente establece un análisis de la enfermedad psíquica clasificada tal como se presenta en la consulta privada del homeópata y que él reconocerá rápidamente en estas páginas. Se dan pautas de seguimiento de los casos clínicos y se comenta la conveniencia de la selección de cada remedio. La Homeopatía aplicada con sistemática y rigor configura una mirada de primer orden para el enfermo psíquico y puede considerarse una alternativa en muchos casos a la Psicofarmacología por su inocuidad y falta de dependencia y también un complemento válido. DESCARGAR PDF DE LA ENFERMEDAD PSÍQUICA CLÍNICA Y TERAPÉUTICA HOMEOPÁTICA
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CURSO DE HOMEOPATÍA PDF

DESCARGAR PDF DE CURSO DE HOMEOPATÍA
https://drive.google.com/file/d/1C0nJkPM4YePLTFrwIwWi14n0PjHDFuYB/view?usp=sharing

sábado, 8 de agosto de 2020

APORTES DE LA ACUPUNTURA A LA OFTALMOLOGÍA


DESCARGAR PDF OFTALMOLOGÍA ACUPUNTURA REVISADO Copiar y pegar el siguiente link:
https://drive.google.com/file/d/1ex6WdavQAYVPbfI2XfZ3y60MoqULypUf/view?usp=drive_link

domingo, 24 de mayo de 2020

SER, ENFERMEDAD, MEDICINA HOLÍSTICA


A propósito de la visión de lo humano, del ser y lo que atañe a la medicina y a la enfermedad.






  Comentando una entrada de mi blog acerca de la enfermedad psicosomática, mi amigo el médico homeópata, doctor Luis Rekarte me dijo:

Nora Ancarola. De la serie "Fata Morgana"
  “Desde la Homeopatía, la enfermedad es un desequilibrio de la energía. Desde la visión de la alopatía, lo de que la enfermedad la provoca la mente no deja de parecerles una patraña, pues piensan que todas las enfermedades se deben a un daño externo (virus, tóxicos, bacterias, traumatismo, etc.) y la psique la consideran interna. Así es que lo de enfermedad psicosomática ha quedado en el "olvido" por todos aquellos que sólo ven la enfermedad desde una de sus caras. Para el verdadero médico, ni lo uno ni lo otro, la enfermedad es siempre un cúmulo de factores (el psíquico, el metabólico y el estructural, para resumir, pero hay más que no nombro para no aburrir), de aquí la importancia de tratar la enfermedad en particular y al ser humano en general desde la TOTALIDAD, abarcando todos y cada uno de los factores.”

  
Esto último entiendo que está referido al enfoque multifactorial de la enfermedad. Comparto lo general del comentario del Dr Rekarte y aprovecho para agregar algunas cosas:

·           La medicina llamada alopática en la actualidad, ya no niega el factor psíquico como productor de patología somática. Recordemos todo lo que se le atribuye al concepto de estrés en la Cardiología, la Inmunología, la Gastroenterología, etcétera.

·                 El holismo supone que todo en el hombre es uno, es el pensamiento monista. Yo veo problemática esta visión y más adelante diré por qué.

  • ·                 El ilustre médico homeópata argentino, Tomás Pablo Paschero, que tuvo y aún tiene gran influencia entre los homeópatas, le otorgó un valor determinante a la visión psicoanalítica. Hay que recordar que el psicoanálisis considera al factor cultural y educacional, mucho más importante que el factor naturaleza en el ser del hombre.

·        Desde esa posición, la del psicoanálisis, el ser (en el sentido de consistencia, o sea en qué consiste lo humano), el ser humano, está dividido por la emergencia del inconsciente.

·        Y el inconsciente está determinado por el lenguaje, es decir por el mundo de los símbolos, que está en lo cultural y no en la naturaleza.

  • ·        De manera que alguien tan claramente monista como Paschero, neoplatónico, idealista, se interesó por el psicoanálisis, que es una concepción dualista, quizá porque confiaba en la visión unificadora del psicoanálisis. Digo unificadora por cuanto el psicoanálisis da testimonio de que el cuerpo del ser humano enferma también por el deseo, el miedo, la insatisfacción, la ofensa, las emociones y los sentimientos, en suma.

  • ·        Hasta los años 80 y 90 se rotulaban como psicosomáticas a muchas enfermedades de las que se desconocía la causa. Y muy particularmente aquellas a las que posteriormente les conocimos su filiación autoinmune (aunque, por supuesto, era conocida la existencia de las autoinmunes, no se sabía de sus mecanismos íntimos y por eso se ignoraba la enorme extensión de este campo). Por entonces la calificación de psicosomático era como un encasillamiento metafísico, se rotulaba así a muchas de las enfermedades idiopáticas, de origen desconocido.

·        Era psicosomático todo aquello que empeoraba en ciertas situaciones emocionales, es decir siempre. El empeoramiento por las situaciones de ansiedad prolongada, miedo o ira, abarca a toda la patología y no por ello esas emociones son la causa de la enfermedad en todos los casos.

·        Pero la enfermedad psicosomática es otra cosa. ¿En qué consiste? Es un proceso patológico con tendencia a la cronicidad, que empieza siendo funcional y que luego puede devenir orgánico. No es un síntoma emocional como una diarrea o vómito por una mala noticia, ni la taquicardia por miedo o el vértigo como equivalente de la ansiedad.

  • ·        En la Medicina Integrativa es habitual invocar lo holístico para nombrar la unidad del ser humano. Pero no debemos confundir lo uno de la realidad, es decir la ontología, con la unidad en la mirada médica o sea la gnoseología.

·        A ver si lo explico mejor. La realidad es una, no puede ser de otra manera. Las explicaciones son múltiples, el conocimiento es fragmentado, la visión de esa unidad no es una sola.

·        Pero la exigencia del holismo en medicina nos obliga como una condición ineludible, a que cuanto más holística es una concepción de la medicina, más cerca de esa verdad ontológica estaremos.

  • ·        Pero una visión holística no resuelve necesariamente los problemas médicos como son el padecimiento, la enfermedad y la muerte.

·        Por ejemplo, hay prácticas que se erigen en terapias, como la relajación, la músico-terapia, risoterapia, yoga y otras a las que no se les discute su condición holística. Pero lo que es muy dudosa es su especificidad para una enfermedad determinada. En cierto modo a mayor especificidad, menos holismo. El enfoque médico, se permite proclamarse competente para una enfermedad, aunque posteriormente también proponga otras intervenciones coadyuvantes.

  • ·        ¿Por qué traigo a menudo el tema de lo psicosomático? Simplemente porque expresa un problema de difícil solución en la medicina. Si se mantiene la dualidad mente-cuerpo y entonces el pensamiento se considera una producción del cerebro y si la consciencia fuera entonces el resultado de sus múltiples conexiones y nada más, entonces quedan excluidas zonas imprescindibles de la realidad. O mejor dicho la realidad, que es toda ella imprescindible, nos queda sin representar.


sábado, 28 de marzo de 2020

LOS DESVARÍOS CONTRA LA NATURALEZA


Lola Membrives

 PANDEMIA, NATURALEZA, ARTE

“Algunos dicen que la naturaleza es sabia. Pues yo digo que es bruta pero vieja, muy vieja”.


Estas palabras se las oí a un profesor de Medicina en la carrera. Yo estaba terminando, era 1971, creo recordar. Nos impartió magistralmente unas clases de Endocrinología en la asignatura de Clínica Médica III. Se trataba del médico y dramaturgo argentino, el doctor Juan Reforzo Membrives (BsAs1908-BsAs 2002).


Hijo de la gran actriz hispanoargentina Lola Membrives, célebre en Argentina y en España y del empresario español Juan Reforzo. Se había graduado en la Universidad de Buenos Aires, fue discípulo del premio Nobel de Medicina, el argentino Bernardo Houssay.

Reforzo pasó su vida entre Madrid, Valencia y la capital del Río de la Plata. Se perfeccionó en la Clínica Mayo y en la Universidad de Harvard y recibió valiosos premios en España y en Argentina. Y además escribió novela y teatro.


Su estilo elegante, preciso y su observación sagaz en una época en que quedaban ya pocos formadores clínicos, lo destacaban notablemente. Nos impartió unas pocas clases, pero inolvidables para mí. El particular interés por la Endocrinología se entiende en un médico humanista y culto; en sus años de formación, los años iniciales de la especialidad, el enfoque integrador a nivel académico era casi novedoso y estaba sostenido en el conocimiento de las glándulas de secreción interna, la teoría de Selye, los textos de Freud. Era la época de la distonía neurovegetativa, la neurastenia.

Por cierto, el nobel otorgado a Houssay fue en 1947 por la relación entre la hipófisis y el metabolismo glucídico, otra conexión con la Endocrinología.


Pero ¿Qué me dejaron aquellas palabras acerca de la physis de los griegos antiguos? Se trata de conceptos claramente darwinistas, que eludían radicalmente reconocer a la naturaleza una organización teleológica, un sentido finalista. La naturaleza funciona, fundamenta y sustancia todas las cosas, seres, animales, vegetales, astros. Pero lo hace de un modo que es el suyo, no intelectivo, no discurriendo, no decidiendo.

Y hay un vínculo que es también una separación indudable, entre naturaleza por un lado y los usos, costumbres y leyes que se dan los hombres (los nomoi) por otro lado. En esa relación destaca el carácter variable de los usos y leyes. Nos interesan aquí las circunstancias que se revelan cuando los usos y leyes van contra la naturaleza.


Se me dirá que las propiedades que los médicos de la Antigüedad atribuyeron a la physis son conceptos metafísicos. Sí lo son, el orden, la armonía, el automatismo, la finalidad y otros. (Y que buena parte de ello, ha sido negado por el darwinismo al que aludía la expresión del doctor Reforzo Membrives, “la naturaleza es bruta pero vieja”, negándole sabiduría alguna).


Y también me dirán que las costumbres y las leyes que se dan los seres humanos no provienen claro está, de ningún orden natural.

Pero cuando los usos y las costumbres se enfrentan tan abiertamente al orden armónico natural, los resultados suelen ser catastróficos.

Y algo de esto está ocurriendo con la longevidad, por ejemplo. La maternidad después de los 40 años de la madre primeriza, los nacimientos tan escasos en los países ricos, la distorsión demográfica de las curvas de población. El empeño de todos en vivir cuanto más, mejor, genera sociedades de viejos. Por lo demás la muerte está tan desvalorizada como temida.


Pero por más que hagamos deporte, nos alimentemos muy bien, gestionemos bien nuestras emociones, hagamos terapia, meditemos y busquemos evolucionar adecuadamente, los telómeros se acortan, el envejecimiento prospera, la inmunidad se hace menos eficaz y las enfermedades crónicas progresan.


Se diría que una población plena de ancianos y con pocos niños provoca respuestas en la physis. La physis no piensa ni razona, pero reacciona. La pandemia que estamos viviendo en 2020, es una respuesta. Ahora se están señalando los cambios favorables que provoca en los indicadores del cambio climático, el aislamiento obligado de buena parte de la población mundial. Las ciudades más limpias desde el aislamiento, el cielo sin humos, etcétera.

El Arte, la Medicina humanista, que es ciencia, arte y técnica, como señalaba Marañón, nos pueden proteger del dogmatismo. De ese "estar seguros de todo", que resulta tan nefasto.


La foto del encabezamiento es de Lola Membrives de quien recuerdo entrañablemente su personaje de Raimunda en La malquerida, de Jacinto Benavente.
A finales de los años 80 encontré casualmente al profesor Reforzo Membrives en un pueblo de la sierra madrileña. Vivía retirado en su casa de Valdemorillo adonde por entonces yo tenía la mía.