TERAPIA NEURAL
UNOS RECUERDOS PARA DEFINIRLA
En 1997 impartí un taller de Terapia Neural en Zaragoza. Ya había hecho otros en Madrid y Valencia donde conocí al Dr Rafael Torres Collado, entre otros médicos de entonces que después fueron amigos. Pero el de Zaragoza lo recuerdo especialmente porque lo había organizado un querido amigo, el Dr Elías Abinader, médico salvadoreño que ya no está entre nosotros, muy entusiasta de mi enseñanza en Homeopatía y un verdadero estimulante para mí y para mi febril actividad de entonces.
También recuerdo que, entre los asistentes, no más de una docena de médicos, estaba la doctora Juana Roa Vicente, hija de mi amigo D. Antonio Roa Irisarri, fisioterapeuta y acupuntor, que tampoco nos acompaña ya, y que unos años antes había desarrollado un exitoso centro de medicinas alternativas en Estella, Navarra, Centro Médico Fisios, llevando a cabo una labor inmejorable de enseñanza y terapia con grandes especialistas del mundo de aquella época.
Aquel taller en Zaragoza consistió en una exposición teórica por la mañana y una mostración práctica por la tarde. Habían acudido media docena de pacientes que convocó Abinader y enseñé en forma directa el abordaje del ganglio estrellado, el del plexo prostático, el epidural, el simpático y paravertebral dorsales y por supuesto el desbloqueo de cicatrices y la terapia segmentaria.
Estas técnicas yo las había aprendido en Buenos Aires donde hice mi formación en Anestesiología durante los primeros años 70.
Y recuerdo que el Dr Pablo Taubin, que en los años 70 era presidente de la Sociedad Argentina de Acupuntura, donde tomé contacto con la Acupuntura, relataba un caso de dermatitis atópica extensa, que había reaccionado con la desaparición brusca del eritema cuando se le instilaron unas gotas de un colirio con procaína. La paciente tenía también una cicatriz de una antigua úlcera de córnea. Se trataba del fenómeno en segundos descrito por los introductores de la Terapia Neural, los hermanos Ferdinand y Walter Huneke en los años 20 del siglo pasado. Esto fue suficiente para despertar mi interés por la Neuralterapia.
Yo había estudiado con mucha dedicación los anestésicos locales en la cátedra de Farmacología que dirigía el Profesor Manuel Litter y donde hice la especialidad de médico farmacólogo. En especial la procaína. En los años 60 y 70 estaban en liza las otras utilidades de la procaína. En muchos hospitales se utilizaba la procaína por vía intravenosa como anestésico general, como enseñaba mi jefe el doctor Julio Parada en el Hospital Alvear de Buenos Aires y yo mismo la empleaba diariamente. Por otra parte, la rumana Doctora Aslan había hecho famoso su tratamiento de revitalización y rejuvenecimiento con procaína y potasio. Por cierto, Litter negaba radicalmente que esto último tuviera suficiente soporte científico y en su Tratado de Farmacología afirmaba que “el canto de la procaína ha terminado”.
En España, en los años 80 tuve el gusto de conocer durante un viaje a Alemania al doctor Francisco Rivera Rojas, quien después fue presidente de la Sociedad Española de Terapia Neural (SOMETEN). Explicaba la Terapia Neural como una medicina de Biorregulación Cibernética.
¿Qué es la Neuralterapia?
En los años 20, los hermanos Huneke en Alemania hicieron sus primeros trabajos con procaína en baja concentración, menor de la que se emplea en anestesia local. Además, la mezclaban con cafeína, el preparado se llamó impletol.
Las bases de la Terapia Neural derivan de las observaciones de Ferdinand y Walter Huneke de lo que en principio se llamó una acción a distancia de la inyección local de los anestésicos locales. El llamado “fenómeno en segundos”, que se observa algunas veces es una manifestación, la más llamativa de esa respuesta. Enseguida se observó que la secuencia de los hechos observados no era solamente química, sino que intervenía algún fenómeno de naturaleza física, como lo es el campo interferente y su resolución.
La utilidad terapéutica de todo esto constituye un campo de proyección enorme ya que en cada paciente es posible descubrir interferencias que no siempre se pueden generalizar y sistematizar para una determinada enfermedad.
A modo de recuerdo este es el guion de aquel taller en Zaragoza de 1997:
PRESENTACIÓN.
• Antecedentes en la medicina clásica.
• Huneke. El fenómeno en segundos. Aportaciones de Speransky en su libro Bases para una nueva teoría de la medicina.
• Interpretación físico – energética de la afección crónica. Cibernética.
• Lesiones perturbadoras: dientes, cicatrices, afecciones crónicas: amígdalas, senos paranasales, anexos al útero, próstata, apéndice, etc. (foco interferente).
• Papel del anestésico local.
• Terapia segmentaria, terapia a distancia y terapia troncular.
• Uso de los anestésicos locales. Procaína, impletol, formicaín, lidocaína, mepivacaína.
• Intoxicación: dosis máxima permitida. Concentraciones.
PLEXO BRAQUIAL.
Vía supraclavicular (Kulenkampf).
Punto medio clavícula. 1 cm. Por encima de la clavícula y por fuera de la arteria subclavia si se palpa.
Dirección hacia abajo atrás y adentro para tocar la primera costilla. Inyectar.
Dos inyecciones complementarias:
1º Hacia borde exterior costilla.
2º Hacia tubérculo Chassaignac.
Vía axilar.
No se obtiene anestesia del nervio circunflejo (deltoides y región deltoidea).
a) Brazo 90º abducción. Palpar arteria axilar.
b) Vía baja junto al húmero, debajo del tendón del pectoral mayor.
Buscar parestesias.
BLOQUEO SIMPÁTICO.
Ganglio estrellado.
- Vía anterior (para traqueal).
- Aguja larga.
- Penetrar 5 – 6 cm.
- Separar los vasos hacia fuera.
- Tocar hueso y retirar.
- Vía lateral:
- Peter Dosch (entre la tráquea y los vasos). Posterior al esternocleidomastoideo.
- Por fuera de los vasos. Punto medio de la clavícula.
Esplácnico (troncal simpático).
- Aguja larga.
- 7 cm. de la línea media.
- Inyectar 20 ml. Contactar la 12ª costilla punzando perpendicular y luego rectificar a 30º de sagital hasta cuerpo vertebral L1.
- También buscar luego D12 y L2.
- Profundidad total 8 – 9 cm.
Simpático lumbar.
1º Perpendicular hasta apófisis transversa.
2º Rectificar y punzar hacia adentro y arriba 2 –3 cm más hasta el cuerpo vertebral.
Profundidad total 8 – 9 cm.
EPIDURAL.
Técnica.
- Material: aguja Tuohy.
- Punción.
- Errores.
- Complicaciones.
Recuerdo anatómico.
Indicaciones.
PARAVERTEBRAL.
Plexo cervical. (para vertebral C1 – C4).
- Vía posterior:
- Decúbito lateral.
- 2 cm. de la línea media.
- Vía lateral:
- 2 cm. C2 (también borde posterior del esternocleidomastoideo).
- C5 cartílago
- C6 tiroides.
Torácico (dorsal). (punzar la apófisis transversa).
- 4 – 5 cm de la línea media.
- Inclinación de 25º respecto del plano sagital.
- Se llega al espacio paravertebral 2 o 3 cm después de contactar la costilla.
Lumbar.
- Buscar parestesias.
- Buscar apófisis transversa.
- Punción perpendicular.
PRÓSTATA.
- Decúbito lateral, flexión de muslos y piernas. Escroto recogido.
- Aguja larga 8 – 10 cm.
- Dos pápulas para mediales entre la raíz del escroto y el ano. (A ambos lados de la porción horizontal de la uretra).
- Dedo índice izquierdo en el recto y palpa la próstata.
- La aguja busca la próstata en dos punciones.
- La solución refluye hacia la jeringa.
ARTICULARES.
Rodilla. Hombro. Cadera.
BLOQUEO GANGLIO ESFENOPALATINO.
(y 2º rama del trigémino)
- Abordar la fosa ptérigo palatina o ptérigo maxilar. (entre apófisis pterigoides y hueso maxilar superior).
- Punzar por vía cigomática.
- Boca semiabierta.
- Punto medio del arco cigomático.
- La aguja entra por debajo del arco, toca la apófisis pterigoides a 4 – 5 cm; rectifica e inclinando hacia delante y algo hacia arriba.
- Avanza 1 cm, más.
MATERIAL.
• Agujas desechables. (Caja de agujas: epidural, punción etc.).
• Jeringuillas.
• Gingicaín.
• Guantes.
• Algodón, gasa, esparadrapo.
• Alcohol.
• Rotuladores.
• Ampollas de suero fisiológico, formicaín, procaína, etc.
Consulta bibliográfica:
Anestesia regional de Labat
Anestesia epidural de Turner
Neuralterapia Peter Dosch
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