sábado, 10 de marzo de 2018

EL UNIVERSO DE LA ANSIEDAD. CÓMO PUEDE EL HOMEÓPATA MANEJAR LA ANSIEDAD


                                       

Nos atañe a todos. Para comenzar hay que trazar los límites de este tema. Todos sabemos qué es ansiedad. La ansiedad es consustancial al ser humano, a su modo de existir. Aun así no siempre queremos significar lo mismo con esa palabra. Y lo mejor es empezar por las palabras ya que esto parece ser un buen principio.
¿Se trata de una situación incómoda o un sufrimiento? ¿Es una reacción ante las amenazas? ¿Acompaña al miedo y por extensión a las fobias? ¿Es una forma de anticipar hechos futuros  a los que tememos de una o de muchas maneras? ¿Indica falta de autoconfianza? ¿Es una amenaza en sí misma?
Todo. Todo eso y más. En el lenguaje profano a menudo se confunden ansiedad con nerviosismo o inquietud, agobio, apremio.
En el discurso psiquiátrico ansiedad se presenta en solitario o acompaña a otros síntomas: fobia, angustia, obsesión.
Busquemos en los "hechos" que eso es lo que la Medicina de hoy tanto valora:
En la guía para el diagnóstico clínico de DSM-5 de James Morrison se enumeran los supuestos clínicos de la ansiedad.

"Guía rápida para los trastornos de ansiedad
Es posible diagnosticar uno o más de los siguientes trastornos en personas que presentan síntomas notables de ansiedad; un solo individuo puede padecer más de un trastorno de ansiedad.

Trastornos de ansiedad primarios

·        Trastorno de pánico. Estos pacientes experimentan repetidos ataques de pánico, episodios breves de temor intenso acompañados por distintos síntomas físicos y de otros tipos, aunado a la inquietud de desarrollar otras crisis y otros cambios conductuales relacionados.
·        Agorafobia. Los pacientes con esta afección temen a situaciones o lugares como ingresar a una tienda, donde pudieran tener dificultad para conseguir ayuda si desarrollaran ansiedad.
·        Fobia específica. En esta condición, los pacientes temen a objetos o situaciones específicos. Algunos ejemplos son animales, tormentas, alturas, sangre, aviones, sitios cerrados o cualquier situación que pudiera causar vómito, asfixia o desarrollo de alguna enfermedad.
·        Trastorno de ansiedad social. Estos individuos se imaginan avergonzados cuando hablan, escriben o comen en público, o usan un baño público.
·        Mutismo selectivo. Un niño decide no hablar, excepto cuando está solo o con ciertas personas cercanas.
·        Trastorno de ansiedad generalizada. Si bien estas personas no experimentan episodios de pánico agudo, se sienten tensas o ansiosas gran parte del tiempo y se preocupan por muchas cuestiones distintas.

 Trastornos de ansiedad secundarios

·        Trastorno de ansiedad por separación. El paciente desarrolla ansiedad cuando se separa de un progenitor o de alguna otra figura a la que se siente apegado.
·        Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica. Los ataques de pánico y los síntomas de ansiedad generalizada pueden ser causados por numerosas afecciones médicas.
·        Trastorno de ansiedad inducido por sustancia/medicamento. El consumo de una sustancia o medicamento ha desencadenado ataques de pánico u otros síntomas de ansiedad.
·        Otro trastorno de ansiedad especificado o no especificado. Utilízanse estas categorías para los trastornos con síntomas de ansiedad notables que no corresponden claramente a ninguno de los grupos previos.

Otras causas de ansiedad y síntomas relacionados

·        Trastorno obsesivo-compulsivo. Estos enfermos se inquietan por pensamientos o conductas repetidos que pueden parecer sin sentido, incluso para ellos.
·        Trastorno de estrés postraumático. Un evento traumático intenso, como un combate o un desastre natural, se experimenta de nuevo una y otra vez.
·        Trastorno de estrés agudo. Esta afección es muy parecida al trastorno de estrés postraumático, excepto porque se inicia durante o inmediatamente después de un evento estresante y dura un mes o menos.
·        Trastorno de la personalidad por evitación. Estas personas tímidas se sienten heridas muy fácilmente por la crítica y dudan en involucrarse con otras.
·        Especificador _con tensión ansiosa_ para el trastorno depresivo mayor. Algunos individuos con trastorno depresivo mayor tienen gran tensión y ansiedad.
·        Trastorno de síntomas somáticos y trastorno de ansiedad por enfermedad. Con frecuencia, el pánico y otros síntomas de ansiedad forman parte de algún trastorno de síntomas somáticos y del trastorno de ansiedad por enfermedad."

INTERVENCIÓN DE LA HOMEOPATÍA

Cuando una palabra se usa para tantas cosas termina perdiendo su significado y cae en desuso. En Medicina y en Psicología aún más esa palabra va reduciendo su sentido.

En la clínica homeopática la observación minuciosa de sus grandes clínicos ha descrito todas estas situaciones con gran precisión como puede apreciarse en la Materia Médica y en el Repertorio. Ahora bien, si leemos la descripción de los policrestos o sea los grandes remedios de fondo, y podemos considerar así entre 30 y 50 medicamentos según sea nuestro criterio de selección, lo primero que vemos es que prácticamente todos tienen "ansiedad". Y aun los remedios de segunda fila, aquellos que cuentan una cantidad respetable de síntomas sin ser policrestos y que podemos considerarlos entre 50 y 200, también en ellos aparece la ansiedad aunque no se mencione taxativamente.
Porque estamos hablando de ansiedad no solamente cuando aparece esta palabra sino también cuando se alude a ella con otros términos: anticipación, inquietud, hipersensibilidad, excitabilidad, aprensión, ansia y otros.
·        La ansiedad  puede en situaciones considerarse causa de otros síntomas como el caso de terror (ansiedad que deriva en crisis de pánico).
·        Pero también valoramos las causas de la ansiedad: "ansiedad por" como ansiedad por bagatelas, ansiedad  por su salvación, ansiedad por el futuro, ansiedad hipocondríaca, ansiedad por culpabilización (expresada como "ansiedad como si fuera culpable de un crimen"), ansiedad  a causa de negocios, etc.
·        O los casos de ansiedad coincidiendo con otros síntomas: con cansancio de la vida, ansiedad con temor.
·        O con estados más o menos permanentes: ansiedad con disposición suicida.
Estos pocos ejemplos nos permiten asomarnos a un vasto universo de cualidades que nos transporta a una verdadera clasificación clínica con una riqueza de detalles que fue anterior a  la Psiquiatría actual. Y ello sin entrar en el territorio de las modalizaciones que es sin duda la base de la individualización en Homeopatía.
VALOR HOMEOPÁTICO DE LA ANSIEDAD
Qué  hacer entonces ante un paciente con ansiedad? En primer lugar poner en duda la palabra.
Ante un síntoma casi universal como es el caso es mejor no tomar en cuenta el síntoma ansiedad como tal a la hora de prescribir ya que se trata de un síntoma genérico que no individualiza. Ya había advertido Hahnemann acerca de esos síntomas comunes de escaso valor homeopático como nerviosismo, cansancio, mareo que es mejor pasar por alto si no son intensos, claros, precisos, nítidos y mejor aún modalizados. Modalizar significa exponer el modo en que se produce el síntoma: al despertar, después de las comidas, durante un viaje, pensando en sus síntomas, mientras siente frío y muchísimos más.
Es mejor pues abocarse a sus modalizaciones o simplemente a otros síntomas.
Y no nos olvidemos de que si prescribimos el remedio adecuado a nuestro paciente éste aliviará también la ansiedad aunque no haya sido la ansiedad el síntoma que nos condujo al remedio.

LA INTENSIDAD DEL SÍNTOMA
El episodio más o menos breve de ansiedad muy intensa, insoportable por lo amenazante, por el terror que conlleva y acompañado de un cortejo de síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, náuseas, cefalea, defecación inminente suele denominarse crisis de pánico.
Este síntoma suele ir desapareciendo al cabo de un tratamiento de fondo más o menos largo. A pesar de ello el médico suele ser requerido por el enfermo para que le proporcione un remedio de rescate. En efecto en la Materia Médica encontramos varios remedios adecuados para estos síntomas: aconitum, moschus, ignatia, arsenicum album y otros. Sin embargo nos encontramos a menudo con que la respuesta inmediata a estos remedios es limitada.
Ante esto es preferible que el paciente acepte que el problema se irá resolviendo paulatinamente con la terapéutica de fondo. Y para yugular estas situaciones agudas se puede acudir a otros procedimientos: psicoterapia, relajación, ejercicio, hipnosis y también ¿por qué no? el recurso a un fármaco de rescate para supuestos máximos.



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