Nos atañe a todos.
Para comenzar hay que trazar los límites de este tema. Todos sabemos qué es
ansiedad. La ansiedad es consustancial al ser humano, a su
modo de existir. Aun así no siempre queremos significar lo mismo con esa
palabra. Y lo mejor es empezar por las palabras ya que esto parece ser un buen principio.
¿Se trata de una situación incómoda o un sufrimiento?
¿Es una reacción ante las amenazas? ¿Acompaña al miedo y por extensión a las
fobias? ¿Es una forma de anticipar hechos futuros a los que tememos de una o de muchas maneras?
¿Indica falta de autoconfianza? ¿Es una amenaza en sí misma?
Todo. Todo eso y más. En el lenguaje profano a menudo
se confunden ansiedad con nerviosismo o inquietud, agobio, apremio.
En el discurso psiquiátrico ansiedad se presenta en
solitario o acompaña a otros síntomas: fobia, angustia, obsesión.
Busquemos en los
"hechos" que eso es lo que la Medicina de hoy tanto valora:
En la guía para el diagnóstico
clínico de DSM-5 de James Morrison se enumeran los supuestos clínicos de la
ansiedad.
"Guía rápida para los
trastornos de ansiedad
Es posible diagnosticar uno o
más de los siguientes trastornos en personas que presentan síntomas notables de
ansiedad; un solo individuo puede padecer más de un trastorno de ansiedad.
Trastornos de ansiedad
primarios
·
Trastorno de pánico. Estos pacientes experimentan repetidos ataques de
pánico, episodios breves de temor intenso acompañados por distintos síntomas
físicos y de otros tipos, aunado a la inquietud de desarrollar otras crisis y
otros cambios conductuales relacionados.
·
Agorafobia. Los pacientes con esta afección temen a situaciones o
lugares como ingresar a una tienda, donde pudieran tener dificultad para conseguir
ayuda si desarrollaran ansiedad.
·
Fobia específica. En esta condición, los pacientes temen a objetos o
situaciones específicos. Algunos ejemplos son animales, tormentas, alturas,
sangre, aviones, sitios cerrados o cualquier situación que pudiera causar
vómito, asfixia o desarrollo de alguna enfermedad.
·
Trastorno de ansiedad social. Estos individuos se imaginan avergonzados
cuando hablan, escriben o comen en público, o usan un baño público.
·
Mutismo selectivo. Un niño decide no hablar, excepto cuando está solo o
con ciertas personas cercanas.
·
Trastorno de ansiedad generalizada. Si bien estas personas no
experimentan episodios de pánico agudo, se sienten tensas o ansiosas gran parte
del tiempo y se preocupan por muchas cuestiones distintas.
Trastornos de ansiedad secundarios
·
Trastorno de ansiedad por separación. El paciente desarrolla ansiedad
cuando se separa de un progenitor o de alguna otra figura a la que se siente
apegado.
·
Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica. Los ataques de
pánico y los síntomas de ansiedad generalizada pueden ser causados por
numerosas afecciones médicas.
·
Trastorno de ansiedad inducido por sustancia/medicamento. El consumo de
una sustancia o medicamento ha desencadenado ataques de pánico u otros síntomas
de ansiedad.
·
Otro trastorno de ansiedad especificado o no especificado. Utilízanse
estas categorías para los trastornos con síntomas de ansiedad notables que no
corresponden claramente a ninguno de los grupos previos.
Otras causas de ansiedad y
síntomas relacionados
·
Trastorno obsesivo-compulsivo. Estos enfermos se inquietan por
pensamientos o conductas repetidos que pueden parecer sin sentido, incluso para
ellos.
·
Trastorno de estrés postraumático. Un evento traumático intenso, como un
combate o un desastre natural, se experimenta de nuevo una y otra vez.
·
Trastorno de estrés agudo. Esta afección es muy parecida al trastorno de
estrés postraumático, excepto porque se inicia durante o inmediatamente después
de un evento estresante y dura un mes o menos.
·
Trastorno de la personalidad por evitación. Estas personas tímidas se
sienten heridas muy fácilmente por la crítica y dudan en involucrarse con
otras.
·
Especificador _con tensión ansiosa_ para el trastorno depresivo mayor.
Algunos individuos con trastorno depresivo mayor tienen gran tensión y
ansiedad.
·
Trastorno de síntomas somáticos y trastorno de ansiedad por enfermedad.
Con frecuencia, el pánico y otros síntomas de ansiedad forman parte de algún
trastorno de síntomas somáticos y del trastorno de ansiedad por
enfermedad."
INTERVENCIÓN DE
LA HOMEOPATÍA
Cuando una
palabra se usa para tantas cosas termina perdiendo su significado y cae en
desuso. En Medicina y en Psicología aún más esa palabra va reduciendo su
sentido.
En la clínica homeopática la observación minuciosa de
sus grandes clínicos ha descrito todas estas situaciones con gran precisión
como puede apreciarse en la Materia Médica y en el Repertorio. Ahora bien, si
leemos la descripción de los policrestos o sea los grandes remedios de fondo, y
podemos considerar así entre 30 y 50 medicamentos según sea nuestro criterio de
selección, lo primero que vemos es que prácticamente todos tienen
"ansiedad". Y aun los remedios de segunda fila, aquellos que cuentan
una cantidad respetable de síntomas sin ser policrestos y que podemos
considerarlos entre 50 y 200, también en ellos aparece la ansiedad aunque no se
mencione taxativamente.
Porque estamos hablando de ansiedad no solamente
cuando aparece esta palabra sino también cuando se alude a ella con otros
términos: anticipación, inquietud, hipersensibilidad, excitabilidad, aprensión,
ansia y otros.
·
La
ansiedad puede en situaciones
considerarse causa de otros síntomas como el caso de terror (ansiedad que
deriva en crisis de pánico).
·
Pero
también valoramos las causas de la ansiedad: "ansiedad por" como
ansiedad por bagatelas, ansiedad por su
salvación, ansiedad por el futuro, ansiedad hipocondríaca, ansiedad por
culpabilización (expresada como "ansiedad como si fuera culpable de un
crimen"), ansiedad a causa de
negocios, etc.
·
O los
casos de ansiedad coincidiendo con otros síntomas: con cansancio de la vida,
ansiedad con temor.
·
O con
estados más o menos permanentes: ansiedad con disposición suicida.
Estos pocos ejemplos nos permiten asomarnos a un vasto
universo de cualidades que nos transporta a una verdadera clasificación clínica
con una riqueza de detalles que fue anterior a
la Psiquiatría actual. Y ello sin entrar en el territorio de las
modalizaciones que es sin duda la base de la individualización en Homeopatía.
VALOR HOMEOPÁTICO DE LA ANSIEDAD
Qué hacer
entonces ante un paciente con ansiedad? En primer lugar poner en duda la
palabra.
Ante un síntoma casi universal como es el caso es
mejor no tomar en cuenta el síntoma ansiedad como tal a la hora de prescribir
ya que se trata de un síntoma genérico que no individualiza. Ya había advertido
Hahnemann acerca de esos síntomas comunes de escaso valor homeopático como nerviosismo,
cansancio, mareo que es mejor pasar por alto si no son intensos, claros,
precisos, nítidos y mejor aún modalizados. Modalizar significa exponer el modo
en que se produce el síntoma: al despertar, después de las comidas, durante un
viaje, pensando en sus síntomas, mientras siente frío y muchísimos más.
Es mejor pues abocarse a sus modalizaciones o
simplemente a otros síntomas.
Y no nos olvidemos de que si prescribimos el remedio
adecuado a nuestro paciente éste aliviará también la ansiedad aunque no haya
sido la ansiedad el síntoma que nos condujo al remedio.
LA INTENSIDAD DEL SÍNTOMA
El episodio más o menos breve de ansiedad muy intensa,
insoportable por lo amenazante, por el terror que conlleva y acompañado de un
cortejo de síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, náuseas, cefalea,
defecación inminente suele denominarse crisis de pánico.
Este síntoma suele ir desapareciendo al cabo de un
tratamiento de fondo más o menos largo. A pesar de ello el médico suele ser
requerido por el enfermo para que le proporcione un remedio de rescate. En
efecto en la Materia Médica encontramos varios remedios adecuados para estos
síntomas: aconitum, moschus, ignatia, arsenicum album y otros. Sin embargo nos
encontramos a menudo con que la respuesta inmediata a estos remedios es
limitada.
Ante esto es preferible que el paciente acepte que el
problema se irá resolviendo paulatinamente con la terapéutica de fondo. Y para
yugular estas situaciones agudas se puede acudir a otros procedimientos: psicoterapia, relajación, ejercicio, hipnosis y también ¿por qué no? el recurso a un fármaco
de rescate para supuestos máximos.
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