Hércules y el cancerbero. Zurbarán |
- Los que desde muy temprano en nuestras vidas nos propusimos el ejercicio de la medicina como una épica contábamos con un factor cuya presencia nunca habríamos puesto en duda. Se trata de la libertad.
- El ejercicio de la medicina tiene muchas vertientes y no me refiero a las especialidades en este caso. No es deseable la exclusividad de la medicina en el ámbito de lo público aunque ese sea el escenario actual. Y cuando digo "no es deseable" me refiero a que más allá del hecho de que las sociedades actuales se decantan por una medicina pública universal, más allá de ese hecho constatado, la medicina como conocimiento, como praxis, como espacio de comunicación con el hombre que sufre, la medicina en sí misma es un plan de vida para el médico. Es una decisión que tomamos en un momento de nuestras vidas, una vocación, un horizonte. Una decisión en libertad.
- Una decisión que nos permita dedicar al enfermo todo el tiempo que nosotros deseamos en función de lo que el enfermo necesita. Enfocar la relación cuerpo-psique con honestidad intelectual más allá del paradigma imperante. Proponer el tratamiento sin prejuicios, con la mente abierta.
- Y algunos de nosotros decidimos en su día no ser funcionarios.
- La libertad del médico se defiende desde lo privado. Las actuales son las lamentables consecuencias de una medicina intervenida. El modelo de sociedad libre y de mercado no casa con un modelo sanitario único e impuesto por obligación. Con una práctica protocolaria, sin aportes personales y sin otros puntos de vista más allá del oficialmente establecido. Con un médico que pueda ser reemplazado por un programa de ordenador.
- Una confesión: si yo hubiera sabido que el ejercicio de la medicina iba a conducir a la situación actual no habría estudiado medicina seguramente.
Enhorabuena
ResponderEliminarGracias Carmelo.
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